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El ego y la confianza en uno mismo
La línea que separa al ego de la confianza en uno mismo muchas veces es realmente muy fina, hace falta bastante conocimiento en uno mismo para saber de que lado se está actuando en ese momento, pero lo que si está claro que no son lo mismo aunque a veces se les confunden.
Muchas veces las personas que actúan seguras de si mismas se las califica como soberbias, orgullosas, sin humildad o que son egocéntricas, puede que lo sean a veces pero para definirlos así, se deberá primero saber diferenciar estos dos elementos y que mejor primero hacer las prácticas con nuestra propia persona.
Calificar o ponerle un “cartelito” a los demás es muy fácil, es más, pareciera que nos enseñan desde pequeños a clasificar según ciertas creencias quién es bueno, malo, lindo, feo, amigo, enemigo….. y podría seguir enumerando palabras pero ¿en qué nos basamos para definir así a las personas?.
Seguramente será a través de ciertas experiencias o creencias pero válidas solamente para quienes nos la enseñaron porque otras personas tendrán otras diferentes. Digo esto porque antes de hablar, opinar o poner un “cartelito” a personas es bueno informarse a través de nosotros mismos.
Por ejemplo, si llamamos soberbio a alguien es porque sabemos y hemos sentido la soberbia o bien puede a lo que una persona llame soberbia, tú la llames orgullo o ego, la idea que quiero transmitir con esto, es que cuando pones un “cartelito” a alguien es porque tú has experimentado o conoces bien eso que dices.
Volviendo al tema del ego y la seguridad en uno mismo es primordial para cada persona reconocer esta diferencia dentro de si mismo, porque a veces lo confundimos, a mi me pasa algunas veces el creer estando actuando por seguridad en mi mismo pero la realidad es que el Ego comanda esos actos míos.
Una persona segura en si mismo sabe lo que quiere y busca para su vida, actúa sin dudar, cree en lo que hace, no necesita la aprobación de los demás ni actuar para contentar a todos. Se rige por sus valores, vive cada momento en base a su Visión de Vida y de manera consciente o inconsciente va dejando su huella, beneficiando a quienes le rodean.
Y aquí lo más importante y fundamental que lo separa del ego, una persona segura de si mismo sabe actuar con humildad cuando se equivoca o no sabe algo, sabe rectificar, pedir disculpas, buscar soluciones, eliminar lo que no funciona, aprender de otras personas por más que sean inferiores a él en muchos aspectos, no le importa “arremangarse” para encontrar soluciones y enmendar errores, lo que busca es crecer para seguir subiendo niveles.
Una persona segura de si mismo no falta el respeto a otros cuando opinan diferente a él, no necesita gritar ni pegar puñetazos a la mesa para que lo escuchen, es una persona que habla con confianza y sus palabras transmiten seguridad, aporta tranquilidad en la incertidumbre y se deja llevar sabiendo que el momento llegará para hacer lo que tenga que hacer.
También muchas veces una persona de estas características cuida su energía y prefiere evitar el contacto con ciertas personas, ya que debatir con estas significa enfrentar a sus saboteadores, miedos, frustraciones, egos y esto es algo que desgasta mucho, con lo cual prefiere quedar como inaccesible antes de perder tiempo en absurdas discusiones que no lleven a nada.
Cuando el ego domina a una persona la ecuación cambia completamente, aparece la intolerancia, la ansiedad, la inseguridad en las palabras, predomina el grito, la violencia verbal, el desprestigio a las opiniones del entorno, desaparece la comprensión y la flexibilidad, aparecen el orgullo, la obstinación, el miedo a perder, la soberbia y predominan los altibajos emocionales, convirtiéndose el entorno como un escenario a batir.
Por eso como decía a inicio de este post es muy bueno saber diferenciar nuestros estados a la hora de actuar, porque nos evitará poner “cartelitos” equivocados y además sabremos en que perspectiva estamos situados, si en la del ego o en la de la confianza en uno mismo.
Conocerse a si mismo es una gran paso para alcanzar la CONFIANZA y SEGURIDAD en uno mismo.
El juego de las COMPARACIONES
Hay algo que escuchamos a menudo y nos acostumbramos desde pequeños o cuando comenzamos a tener uso de razón, que es COMPARAR entre personas, ya sea porque los protagonistas éramos nosotros o bien entre otra gente, pero lo que está claro que comparar lo absorbemos desde muy temprana edad.
Por lo tanto no es de extrañar que en el período de nuestro crecimiento y luego cuando nos convertimos en adultos, sigamos repitiendo este hábito más de lo que pensamos. Con esto no estoy diciendo que el comparar esté mal o bien, eso al final lo juzga cada uno pero si entraré a valorar lo que nos afecta y daña desde el punto de vista emocional practicar esta rutina de entrar en comparaciones.
Algunos de los aspectos más comunes que solemos poner en el juego de comparar son los logros de los demás con los nuestros, quién es mejor, quiénes tienen más “suerte” y cuáles “mala suerte”, entre otras.
Entrar en el juego de las comparaciones es una auténtica pérdida de energía y a su vez una bomba de tiempo para la autoestima, porque si la comparación cae a nuestro favor subiremos la moral pero si es al revés se nos viene “el mundo encima”. Con lo cual aquí estamos poniendo a nuestra mochila emocional una enorme carga, que puede convertirse en un peso muy grande a medida que vamos caminando por la vida.
Para mí entrar en comparaciones con y hacia los demás es tentarse a perder una gran dosis de energía, la cual es muy valiosa para otros fines que realmente nos interesa pero suele ocurrirnos que cuando la necesitamos de verdad, a ésta la hemos perdido por ejemplo en las comparaciones.
Esta creencia y ejercicio de comparar lo tenemos bien arraigado desde muy pequeños como comentaba en el inicio de post pero si se quiere crecer, subir niveles en nuestra vida y no ser preso de los apegos que provoca comparar, deberemos trabajar para re-programarla o erradicarla.
Ponerte a comparar tus logros con los ajenos es algo que no tiene sentido, es como preguntar quién es mejor ¿el vino o la pasta?. Porque en el ejemplo cada cosa sirve para algo diferente y sus fuentes de elaboración son distintas. Con las personas pasa lo mismo, lo que es un logro para ti puede que para otro no lo sea y al revés. Esto radica porque somos diferentes, nuestra ESENCIA y creencias son distintas, el recorrido en la vida de cada uno no tienen nada que ver y la manera de pensar más distinta aún.
Por esto, comparar un logro tuyo con el de otra persona es absurdo, porque las situaciones y los entornos no tienen nada que ver el del uno con el otro, como los valores empleados en cada acción, por eso para algunas personas sacar el carné de conducir ha sido un logro y para otros un trámite, y ¿quién es mejor de los dos?, no me interesa la respuesta, porque tal vez el primero ha tenido que emplear todo lo necesario para romper sus límites y el segundo tiene un don para eso o se crió en un entorno muy favorable para superarlo sin obstáculos ni miedos.
Buscar comparaciones y querer escuchar a los demás decir que uno es superior a otros, es la búsqueda de un reconocimiento externo, lo cual muestra inseguridad y un apego escondido, porque en el momento que falte ese reconocimiento la moral y la autoestima caerán en picado.
Lo importante es que tu mismo vayas comparando tus propias versiones, crecimientos y aprendizajes, tú compites contra ti mismo para mejorarte y superar obstáculos, conseguir tus retos, logros y objetivos, no necesitas de nadie ni de nada para que te valoren, tú eres el único juez que valorará si lo haces bien o no.
Cuando logres hacer esto, el reconocimiento externo llegará pero no lo tomarás como una necesidad de aprobación si no como un agradecimiento y nada más.
Ser preso de las comparaciones puede llevarte a vivir en una buena “montaña rusa emocional”.
Es necesario desterrarlas si quieres CRECER
Estas últimas semanas me ha tocado estar con personas que durante unos años habían abandonado sus antiguas profesiones para re encontrarse con ellos mismos y aprender otro tipo de cosas que en sus anteriores trabajos no contaban con el tiempo suficiente para hacerlo.
Durante estos años aprendieron muchas cosas nuevas y han disfrutado de un estilo de vida diferente, saludable e interesante para el crecimiento personal pero por diversas circunstancias han tenido que volver a sus antiguos trabajos. Lo que más me ha sorprendido de esto, es que se han calzado el mismo “traje” de pensamiento y actuación que tenían ¡años atrás!, es decir, volvieron a sus respectivas profesiones activando el mismo pensamiento que tenían antes de hacer este paréntesis en sus vidas.
La verdad sorprende que no apliquen lo nuevo aprendido en sus profesiones pero al mismo tiempo se ve claramente la actuación y el dominio de sus propias creencias limitantes, las cuales no han sido modificadas y al tomar contacto con lo “viejo” aparecen como dueñas de la situación.
Las creencias limitantes si no son re programadas y desterradas, aparecerán en cualquier momento de forma categórica y contundente ante cualquier situación, por eso es muy importante reconocerlas y trabajar en ellas para apartarlas de nuestro camino.
A estas hay que enfrentarlas y desafiarlas porque cuando las profundizas te das cuenta que no tienen nada de consistencia en sus mensajes, se sostienen en unos cimientos muy frágiles pero como saben protegerse y nos seducen muy rápidamente para no embarcarnos en algo nuevo para nuestra vida, saben como embaucarnos para que nos quedemos dominados en la zona de confort.
Una de las cosas que las hace fuerte es nuestra rigidez y falta de flexibilidad en nuestros pensamientos, creemos que algo es de una manera y a partir de allí no damos opción a ningún cambio o forma diferente de hacerlo.
La situación que menciono al inicio de este post sobre estas personas que han vuelto a sus antiguas profesiones es un claro ejemplo del poder sus creencias, porque después de varios años de no desarrollar sus actividades, en el momento que comenzaron nuevamente se pusieron el esquema de pensamiento que tenían hace años atrás y se olvidaron de todo lo nuevo que habían aprendido.
Desarrollan su día a día profesional como lo hacían antiguamente y se encontraron con viejos problemas del pasado que en vez de solucionarlos desde el nuevo esquema mental aprendido, dejaron que sus viejas creencias se apoderaran de su accionar.
Lamentablemente somos altamente fieles a nuestras creencias limitantes, tememos enfrentarnos a ellas, cuestionarlas, reflexionar sobre sus mandatos, profundizarlas y mucho menos desterrarlas, nos cuesta poner en marcha hábitos saludables porque las creencias son poderosas y seductoras que nos doblegan fácilmente.
Las creencias limitantes son programas de pensamientos caducados, sin sentido, ilógicas y muchas veces están respaldadas, protegidas y fuertemente empujadas por nuestro entorno, el cual con los comentarios, mensajes y accionar las refuerzan, convirtiéndonos muy débiles a la hora de aplicar nuevos hábitos para re programar nuestros pensamientos.
El desafío está ahí delante nuestro, si queremos ir subiendo el nivel en nuestra vida, alcanzar objetivos inspiradores y plenos deberemos reprogramarlas y poner fin a ellas porque si no será casi imposible AVANZAR y VOLAR ALTO EN NUESTRA VIDA, con lo cual será necesario desterrarlas si queremos CRECER.
El valor de nuestros símbolos
Algo que siempre me ha gustado observar y analizar son los símbolos, mensajes y valores que transmiten los productos, servicios que adquirimos continuamente, como también el de las instituciones que nos gustan o representan.
La pasada semana que estuve de visita en casa de un gran amigo de la vida, nos pusimos a comentar los colores que tiene la bandera de la comunidad en la que vive, y reflexionamos acerca de lo que transmite, llegando luego a la conclusión de que no expresa en una parte las características excelentes que tiene esa región.
Después de esto me decidí a escribir este post sobre el tema, ya que muchas veces portamos ciertos símbolos o frases que no transmiten realmente lo que somos o pensamos.
Observar a las personas las marcas que visten o portan, los productos que compran, servicios que contratan, frases o logos que llevan en las camisetas es algo que me gusta mucho, porque es un mensaje que estamos transmitiendo al exterior, aunque es verdad que la mayoría de las veces no tomamos consciencia de ello.
A día de hoy las campañas de marketing son muy fuertes y abrumadoras, hay publicidad, anuncios, promociones y regalos para atraer clientes por todas partes, los consumidores son seducidos con ciertas técnicas vinculadas a los obsequios y descuentos promocionales, para convertirse en sus clientes. Es más conozco gente de mi entorno que en algunas ocasiones critican duramente a alguna empresa y luego le ves con un polo que lleva el logo de dicha compañía haciéndole publicidad gratuitamente, algo que resulta bastante incoherente pero que se ve bastante a menudo esta situación.
Por eso para mi es muy importante ser consciente de lo que portamos, empresas a la que contratamos sus servicios o compramos productos, porque si estás en contra de la filosofía de cierta empresa sería una auténtica incoherencia comprarles, como también llevar camisetas con frase en un idioma extranjero que transmite mensajes muy opuestos a tus valores, pero como son bonitas o van a la moda las llevas puesta.
Hoy en día la mayoría compra por la moda o la tendencia, no se tiene en cuenta el origen y trayectoria de la empresa o los valores que transmite en sus productos y servicios, influye mucho el estatus y toda la ilusión que provoca muchas veces las campañas de marketing.
Los símbolos transmiten muchas cosas, por eso se toman su tiempo en crearlo y diseñarlo, no importa solamente que quede bonito si no que exprese algo y se sientan identificados sus seguidores, luego habrá tiempo para debatir si gusta o no.
Ahora reflexionando sobre esto, si tendrías que crear un símbolo, una frase o un slogan acerca de lo que eres, ¿cuál sería?, ¿qué colores le pondrías?, ¿con qué formato de letra lo harías?, ¿qué necesitas transmitir con esto?.
Las respuestas a esas preguntas te permitirán saber más de ti y de lo que transmites hoy al mundo que te rodea, puede que no te sorprendan o bien encuentres contestaciones que difieran de la realidad pensada por ti.
También te propongo un ejercicio que les hago a mis clientes de Coaching Financiero; revisa en tu casa los productos que has comprado y piensa sobre la marca-logo que las vende, ¿están en sintonía con tu símbolo?, ¿cuál ha sido la razón de su compra?, ¿la necesitabas en su momento o fue una compra impulsiva?, ¿cuál ha sido la última vez que la has utilizado?.
Tener alineados y sintonizados nuestros símbolos con lo que adquirimos y utilizamos, es otro paso más para vivir conectados a nuestra ESENCIA.
La ruta del tren “Reconociendo tus pilares”
Hace muchos años atrás cuando me dedicaba al mundo comercial, en una de las empresas que llevaba un equipo de vendedores y nos dedicábamos a vender productos químicos para la construcción, recuerdo una espectacular enseñanza que me ofreció un jefe de obra sobre como construir de una manera excelente y “casi” perfecta los pilares y la estructura de cualquier construcción.
La charla fue extensa y para mi muy productiva porque de estos temas no tenía mucho conocimiento pero después de ella me cerraron un montón de dudas y temas que pasaba por alto.
Llevando esto al mundo del desarrollo personal me sirvió mucho esta enseñanza para mi carrera como Coach tanto a nivel personal como el que le toca a mis clientes, por eso me acostumbré en cualquier proceso de Coaching que haga ya sea individual, grupal o en los seminarios a comenzar desde la raíz hasta llegar a todo el entorno externo.
Como en una obra debemos tener buenos conocimientos sobre el terreno a construir para poner los pilares y hacer muy buenos cimientos, así la casa o edificio aguante bien todo lo que viene luego, es muy importante dedicar tiempo al estudio previo antes de comenzar la obra.
Con nosotros las personas pasa algo parecido, todos gozamos de muy buenos cimientos y pilares para construir nuestra vida pero el gran problema que tenemos, es que la mayoría de las veces construimos y nos embarcamos en proyectos, estilos de vida, compromisos, trabajos, relaciones, deseos, expectativas que nuestra estructura no puede soportar debido a que no tenemos el terreno adecuado para tales construcciones.
Cuando en determinados momentos de nuestras vidas nos surge la necesidad imperiosa de cambiar el rumbo en alguno o varios aspectos, esto se debe a que nuestros cimientos no están hecho para eso, con lo cual si decidimos hacerlo corremos serios riesgos de que aparezcan grietas, fisuras, socavones y hasta que tambalea nuestra estructura, aunque también en muchos casos directamente se produce el derrumbe total sin previo aviso.
Por eso para mi fue un auténtico descubrimiento aquella charla el conocer la cantidad de factores que debe tenerse en cuenta a la hora de construir y lo mismo me ocurrió cuando comencé un proceso de Coaching antes de saber que quería dedicarme a ello, sobre la importancia de nuestros pilares como persona, entre ellos nuestros VALORES.
Conocer quién eres de verdad y saber qué quieres para tu vida puede ayudarte a evitar que en tu camino sufras varios derrumbes; también te aportará soluciones a cerrar grietas y aguantar fuertes tormentas.
Si te interesa conocer tus cimientos te vendría estupendo que te subas al tren que hace la ruta “Reconociendo tus Pilares”, porque en este camino harás un viaje al centro de tus cimientos, pasarás por las estaciones de los VALORES, TALENTOS, HABILIDADES, VISION de VIDA y la HUELLA que quieres dejar.
Una vez visitada estas estaciones muy agradables para tu vida, recorrerás los pueblos de tus creencias limitantes, saboteadores, egos, emociones que te esclavizan y apegos.
Ya pasado todo esto, llegarás al inicio del viaje con un pleno conocimiento de tus cimientos y pilares, como también de todo aquello que debes mejorar y evitar para que tus cimientos no sean debilitados.
Después de este viaje tendrás una total claridad de la valía de tu terreno como persona y qué proyectos puedes construir a partir de lo que eres. Otra ventaja de conocer a fondo tus cimientos, es que cuando aparezca alguna grieta, sabrás porqué se ha originado y cuales son las vías adecuada para repararlas de un modo efectivo y contundente.
La ruta del tren “Reconociendo tus Pilares” puede que sea el viaje más rentable que puede hacer.
Concretar
Es un placer volver a conectarme con vosotros lectores después de un mes de descanso del blog, en el cual he aprovechado para definir y crear la formación que impartiré en Psicotrading y Coaching Financiero, además de revisar mi marcha como trader hasta el momento.
El post de hoy tendría que ser referido a la definición de los buenos propósitos, al inicio de temporada después del verano y las vacaciones, pero me saltaré ese paso porque todas las personas tienen bastante claro en qué quieren mejorar, alcanzar, cambiar o crecer. Me interesa mucho más que esos deseos tengan consistencia y no se derrumben como “castillos de arena”!!!.
La semana pasada estuve unos días descanso por el Norte de España (una zona que me encanta y me siento demasiado a gusto) con lo cual hice una desconexión total de todo, la verdad que me hizo muy bien después de tres años intensos y sin descansos, con lo cual mi mente al estar relajada y ayudada por la brisa del mar me permitió ver con claridad varias cosas que debo mejorar, así que ahora no me queda otra que CONCRETAR.
CONCRETAR es una palabra que necesitamos la mayoría de las personas, porque los sueños, los deseos, los cambios para que sean realidad deben concretarse, de nada sirve vivir con ellos en la cabeza si no los vemos materializados en hechos reales, ya que si esto no sucede estos deseos se convertirán en una pesada carga que nos llevarán a la frustración.
Este fin de semana pasado al retomar el contacto con algunas personas de mi entorno después de unos días en el que me ausenté, he podido palpar una energía renovada en ellos cuando contaban sus planes inmediatos y de mediano plazo, pero al mismo tiempo me hicieron recordar que decían lo mismo hace tres años atrás, la película volvía a repetirse porque nunca concretan. Con lo cual al escucharlos les pregunté qué harían de diferente para no morir en el intento, porque si seguían con los mismos planes de siempre acabarían abandonando, pues todavía estoy esperando sus respuestas……….
El gran desafío que tenemos no son los deseos o cambios que nos ponemos sino creo que debe ser el concretarlos, llevarlos a la realidad, ver que lo hemos hecho, porque esto nos dará mucha credibilidad, primero con uno mismo y luego con nuestro entorno, y ésta es la mejor manera y forma de inspirar a los demás.
Hace unas semanas escuché una frase de unos de los protagonistas de la serie americana “Suits” que decía: “no persigo sueños, persigo y alcanzo metas”. Me pareció muy potente e inspiradora porque la palabra meta está más asociada con lo posible, lo real, lo alcanzable en cambio los sueños parecerían estar generalmente más relacionado con lo difícil, imposible, complicadísimo, inalcanzable……
Si quieres conseguir un sueño debes ponerte unas ciertas metas que te lleven hasta allí, no se puede subir de la planta 1 a la 10 sin pasar antes por la 2,3,4,5,6,7,8 y 9, con lo cual el pensar en metas y trazar un plan para ello te dará la motivación de que es posible y cuando lo pongas en marcha más potente será aún. Pero la clave estará en CONCRETIZAR cada meta, alcanzarla, lograrla, sentir que has podido y que ese logro es imborrable, con lo cual tu moral subirá y te sentirás capaz de ir a por la siguiente meta.
Ahora que es una fecha donde surgen en nuestra mente cambios y proyectos, hay que evitar de caer en la tentación de utilizar viejas recetas que no nos han llevado a nada, por eso reflexiona sobre esa nueva meta si de verdad la deseas, visualiza el beneficio que te aportará y si el lograrla te hará vivir mejor y estar más alineado a tus valores.
La clave es: APRENDER a CONCRETAR.
¿Se puede opinar de todo?
Una de las características más comunes que veo en nuestra sociedad y en la mayoría de las personas, es que opinan de casi todo sin haber experimentado nada de lo que suelen criticar. Esto sucede también muy a menudo en programas de televisión en formato magacín donde los tertulianos están autorizados para hablar de economía, política, hechos policiales, juicios, fútbol, cocina, fórmula 1, temas emocionales, etc……(me parece una falta de profesionalismo total).
Lo que veo desafortunado en opinar de todo, es la crítica fácil y destructiva, la falta de respeto, de tacto, aunque hay que tener en cuenta que dentro de esos comentarios negativos suelen esconderse la envidia y la frustración propia.
Me parece estupendo y geniales los debates sobre diversos temas, porque estos ayudan a crecer y mejorar, pero me parecen adecuados cuando se hablan desde la propia experiencia, porque desde ese lugar se pueden transmitir muchas sensaciones que las teorías no explican ni cuentan.
Cuando se habla desde el conocimiento de haber experimentado el tema del que se debate, la crítica es constructiva y habitualmente se hace con respeto, sin egos (aunque siempre hay excepciones) y con precisión, en cambio cuando se habla desde la teoría o desde la emoción de no haberlo hecho, las críticas o los mensajes suelen ser destructivos y desafortunados.
Lo peor de estos comentarios es como afectan a la autoestima de aquellas personas que quieren emprender algo nuevo en sus vidas, y más si estos mensajes suelen vienen desde sus entornos más cercanos y de personas que aprecian bastante.
Lo mejor en estos casos para que la moral no se venga abajo, lo primero es conocer si esa persona ha experimentado lo que dice, en caso que no sea así, es bueno saber o conocer que frustración o problema esconde en ese comentario, porque esto es muy habitual lo de cortarles las alas a otros porque ellos no pudieron volar en su momento por las razones que sean.
Cuando una persona habla sobre lo que sea, está transmitiendo un mensaje en el cual se está escondiendo algo de su persona, porque en cada opinión que damos, estamos enviando algo nuestro, por eso no creo en absoluto en eso de la “objetividad”, para mi no existe cuando se opina de algo, por más que se esté fuera de la situación o se vea desde fuera, porque al dar una opinión se la está haciendo desde nuestras creencias, saboteadores, egos, experiencias, etc…… La única objetividad en la que creo es en la de los números, porque allí no hay opinión alguna, el 1 es 1 y el 20 es 20, pero la interpretación de ellos o su lectura ya será muchas veces “subjetiva”.
Me gustan mucho los debates en donde los participantes defienden ideas con fundamentos y experiencias propias, porque en estas charlas es un buen momento para poner a prueba nuestras creencias y filosofías de vida, es una forma perfecta de ver la validez de nuestros fundamentos, ya que si alguno flaquea o nos ponemos nerviosos a la hora de justificarlo, es porque debemos revisarlo y tal vez haya llegado la hora de modificarlo o actualizarlo.
Habitualmente las personas que opinan de todo y parecen autorizados a destruir a cualquiera, no saben debatir, apelan a los gritos o a la “cerrazón” para dar su opinión, muestran una absoluta inflexibilidad y buscan en todo momento convencerte de lo que ellos dicen es lo mejor. Pero la realidad es que necesitan tu aprobación para tener seguridad en ello, porque saben que si debaten sobre sus ideas se quedan sin fundamentos inmediatamente y esto los llevarían a destruir su creencias automáticamente, por eso rechazan el debate y la apertura.
Con todo esto lo que quiero transmitir es que pensemos a la hora de dar una opinión si vamos a aportar algo, si lo haremos desde nuestro ego, frustración o desde nuestra propia experiencia sin buscar convencer, porque cuando lo hacemos desde esta perspectiva, lo único que interesa es aportar ya que no se busca imponer nada ni bajarle la autoestima a nadie, porque cada persona debe ser libre e independiente para trazar su camino y tomar decisiones.
¿Se puede opinar de todo?, a mí me parece que no, pero si se pregunta, se investiga, se cotejan datos, se escuchan experiencias de personas y a partir de allí se construye una opinión sobre un tema determinado, por supuesto que se puede opinar sabiendo que siempre se puede mejorar nuestros datos y enriquecer así nuestras opiniones, sin enojarnos ni cerrarnos cuando se nos presenta algo mejor.
¿Qué significa tener una vida “normal”?
El post de hoy lo escribo a raíz de esta foto que había puesto en Facebook el lunes de semana anterior y me dio ganas al insertarla de profundizarla más, como verás está relacionada con el tema de ser una “persona normal” o “vivir una vida normal”.
Realmente todo lo que se refiere a frases o mandatos de comportamiento o ser alguien normal, de verdad que me aterra, mejor dicho lo detesto porque esto trae un mensaje subliminal que no es ni más ni menos, de que pierdas tu propia identidad y autenticidad.
Es muy común oírlos a todos estos mensajes en nuestro día a día, sobretodo cuando se adopta una actitud diferente a la media, porque rápidamente sale a la escena algo referido a esto de “normal”.
Y me pregunto, ¿qué es tener una vida normal? o mejor dicho, ¿qué es ser normal?.
En realidad se a que se refiere y esto es a comportarse como marca los cánones de la sociedad o el sistema impuesto durante siglos, cuya finalidad es que todas las personas nos comportemos como una manada, de modo que no se piense y se actúe como un robot.
Ser una persona normal es tener miedo a equivocarte, a que los demás no te vean como un fracasado, a no expresar tus reflexiones, tu ideas, tus emociones, a ser en todo momento políticamente correcto aunque te comportes como un auténtico falso pero debes quedar bien, a no mostrar debilidades, a faltarte el respeto, a mantener una relación sentimental por el que dirán, a no reflexionar, ni debatir, a morir en tu zona de confort, a no realizar cambios, a hacer caso y repetir como un loro las mentiras de las noticias, a pelearte y discutir con amigos por defender a un partido político y además pasar horas en contiendas de las cuales no dependen ninguna de ti las resoluciones, así pierdes tiempo y energía de modo que no tengas fuerzas para pensar sobre los objetivos importantes de TU vida.
Si, todo lo que menciono en el párrafo anterior es ser una persona normal, lo digo porque yo he sido una persona más que normal y ese comportamiento desembocó en una depresión interna. A partir de allí comenzó el proceso de eliminar a la persona normal para darle paso a mi verdadero SER, por supuesto con las virtudes y las debilidades que llevo dentro, pero en definitiva es mi persona. Con los años ya muchas personas de mi entorno me denominan como una especie de “bicho raro”, lo cual me genera una gran tranquilidad porque eso es una señal que no me desvío del camino.
También esto que me sucedió a mí (pido disculpas estimado lector porque no me gusta hablar de mi en los posts) lo he visto durante estos cinco años que llevo trabajando con personas. Les ves que llegan al comienzo de los procesos como personas “normales” pero destrozadas en muchos sentidos y al cabo de unos meses comienzan a sentirse “extraordinarios” o “distintos”. ¿Por qué sucede esto?, por algo muy simple, solamente comienzan a SER, con sus cosas buenas tratando de sacarles el mejor provecho y trabajando en mejorar sus debilidades, no hace falta más nada para dejar de ser una “persona normal”.
Conozco a muchísimas personas que llevan la “vida normal” (he sido uno de ellos) y me cuesta mucho sentir paz dentro de su interior cuando hablo con ellos, porque están en constante guardia para no perder los límites de su zona, y esto a la larga se paga, porque ponernos el traje de “personas normales” tiene un coste y este se paga de muchas formas diferentes, entre ellos frustración, miedos, tristezas, enfermedades de carácter psicológico, etc….
Los seres humanos somos todos diferentes, porque tenemos misiones de vida diferentes, estamos en esta vida para explotar nuestros dones, talentos, recursos excelentes que traemos y además aportar beneficio a quienes nos rodean, por eso me molesta que quieran anular nuestra fantástica autenticidad a través de ser alguien normal.
Hemos venido a esta vida a trascender, a dejar una huella y eso solamente se puede conseguir siendo auténtico, transparente, sincero y esto lo traemos todos, está en cada uno elegir en SER uno mismo o simplemente perderse en la manada como alguien “normal” o “normalito”.
Se caen aquellos que viven
Un ejercicio habitual que practicamos en nuestra vida es “CAERSE y LEVANTARSE”, lo practicamos bastante durante nuestra vida, es una rutina que tenemos durante el tiempo que vivimos, además siempre las circunstancias o nuestros saboteadores se encargan de que aparezcan situaciones para practicarlo.
Las mayoría de las personas buscamos llegar a los objetivos de una forma lineal, sin ningún traspié y que todo sea altamente sencillo, rápido, sin esperas ni contratiempos pero esto no es así, cuanto más grande y ambicioso es la meta más retos, obstáculos o como quieran llamarlo aparecen en el camino.
Por eso cuando emprendemos cualquier cambio o conseguir alcanzar algún objetivo, debemos pensar que el recorrido será como en la vida misma, con momentos altos, buenos, placenteros y otros donde nos enfrentaremos a nuestras propias limitaciones, en esos momentos será muy importante adoptar una actitud abierta, flexible, paciente y tolerante para superar esas piedras que se presentan para no caer en la tentación de no levantarnos.
En los momentos que te caes porque la situación te supera, en realidad nos caemos porque nuestras limitaciones se plantan delante nuestro, es un punto donde vemos debilidades, las cuales pueden manifestarse mediante la frustración, la impotencia, el enfado, la ira, la culpa, el miedo, los apegos,la ansiedad y el querer dejarlo poniéndonos muchas excusas. Este es el momento donde nos caemos, queremos arrojar la toalla y abandonar el camino porque nos sentimos superados por lo que se ha presentado delante nuestro.
Ante la caída no queda otra que levantarte, reflexionar sobre las razones que te has caído, el mirar esa piedra que lo ha provocado puede ayudar el saber el por qué y a partir de ahí buscar una perspectiva para superarla. Si te caes 2 veces te levantas 3, si son 5 caídas pues serán 6 las veces que te recuperas.
¡LA VIDA ES MOVIMIENTO y SE CAEN AQUELLOS QUE CAMINAN HACIA UNA META!!!.
Una de los mayores peligros que nos enfrentamos cuando caemos, es el quedarnos atrapados en ese sitio, aferrarnos al lugar y quedar anclados allí. Esto puede que sea así cuando la frustración, el fracaso, la culpa, el miedo, la falta de autoestima, la pérdida y la impotencia se apodera de nosotros, porque con tanto peso emocional hace que pensemos y creamos que debemos quedarnos allí porque no somos capaces o mucho peor, que no lo merecemos.
Con lo que comento en el último párrafo quiero aclarar que una cosa es abandonar un camino para emprender otro y otra cosa muy diferente es estancarte, acomodarte a un sitio y no moverse más por miedo a caerse. Quienes se caen y buscan otras opciones, como por ejemplo tomar otro camino, se están levantando, están de pie, vuelven a empezar con ilusión otro destino, pero aquellos que se caen y no se levantan más, habrán renunciado a crecer, mejorar e incorporar sabiduría para su vida. Un ejemplo de esto son aquellas personas que viven la vida de los demás criticando y buscando siempre lo malo, porque ellos están gobernados por la frustración y el miedo.
En el momento de la caída es muy importante agarrarse de elementos motivadores para que te aporten la energía necesaria y suficiente para levantarte, algunos elementos son tus valores, tu visión y misión de vida, el propósito o beneficio de lograr el objetivo, valorar lo que ya has recorrido del camino y todo lo aprendido, lo conseguido hasta ese momento , la motivación que te provocará el levantarte y superar la piedra que te ha derribado, lo bien y pleno que te sentirás cuando estés nuevamente caminando hacia tu meta.
La vida tiene etapas, ciclos, estos tienen un inicio, un desarrollo y un final, nosotros también, todo es cíclico, con lo cual siempre va a estar presente el caernos, hagamos lo que hagamos eso siempre está, cuando hay movimiento la posibilidad de visitar el suelo va a estar, lo que si importará es la actitud con la que adoptes y enfrentes esa caída, esto es igual a cuando aprendimos a caminar de “pequeñitos”, te caías 1.000 veces y te levantabas 1.001, hasta que al fin después de un tiempo caminabas.
Sólo se caen aquellos que viven y esto es señal de que hay movimiento para llegar a alcanzar algo que quieres, deseas, sueñas o te inspira.
Si te levantas es una gran señal de que estás ¡MUY VIVO!.
Mis tiempos contra los del universo
Una de las cosas que más nos cuesta aprender en esta vida es la PACIENCIA, totalmente lógico que suceda esto porque no nos enseñan en nuestra formación esta asignatura, más bien debemos aprenderla mediante los diferentes golpes o traspiés que vamos recibiendo a lo largo de nuestra vida.
Además la PACIENCIA es el anti valor de la sociedad actual, en la cual prima la velocidad, todo lo rápido, las prisas, la vorágine, nada de tiempo para reflexionar.
Nuestra sociedad moderna es un reflejo de lo que sucede en la informática, lo que es novedad hoy, dentro de cuatro meses ya es antiguo, lo mismo sucede con las personas, todo debe ser para hoy y no hay tiempos y mucho menos PACIENCIA.
Cuando nos encontramos en un proceso de cambio o caminando hacia una meta, objetivo o un sueño y aparecen dificultades lógicas del camino que provocarán un cierto retraso en el camino, automáticamente aparece la ansiedad y nos mete en un estado de emociones negativas para nuestros propósitos.
Al encontrarnos en un estado de ansiedad, nos descentramos de lo importante, estamos en una perspectiva que queremos todo ya, pensamos constantemente en el resultado, nos olvidamos de todo lo que debemos hacer, comienza todo a hacerse eterno y claro, comienzan las dudas, miedos, inseguridades, dando así paso a nuestros saboteadores para recibir por parte de ellos mensajes destructores.
Con lo cual a partir de este momento comienza la batalla entre “mis tiempos contra los del universo”. Esto significa que queremos controlar todo lo externo, que el tiempo que gestiona la vida o el universo se ponga a nuestra disposición y haga lo que queremos, ¡YA!!!!.
Cuando las personas nos centramos en controlar cualquier agente externo, estamos entrando en un territorio donde la ansiedad, el estrés, la frustración y los miedos nuestros serán los protagonistas de cada día que vivamos, porque es imposible gestionar los factores externos, lo único que podemos dominar es nuestra actitud, pensamientos, acciones, emociones, es decir todo lo referente a nuestro interior. Y en el momento que lograr gestionar adecuadamente todo esto, verás como los tiempos del universo parecen vivir en sintonía con los tuyos.
Correr o querer acelerar los tiempos del universo o la vida, es la peor perspectiva que podemos situarnos en cualquier proceso de cambio o consecución de objetivos que querremos alcanzar, porque nos olvidaremos del proceso, perderemos foco de la situación, estaremos pensando en el resultado constantemente, dejaremos pasar por alto sin darnos cuenta detalles muy sutiles y claves, cambiaremos nuestro carácter, estaremos atrapados por la ansiedad y por supuesto nos disfrutaremos de los pequeños logros, avances, crecimientos, aprendizajes y los pequeños estiramientos de límites que vamos haciendo.
Hay momentos del proceso como que nos encontramos en una meseta, como que el tiempo es eterno, no avanzamos, nos sentimos atrapados en el mismo sitio y vemos como el tiempo avanza y nosotros pareciera que retrocedemos. Esos son los peores momentos, porque nuestros saboteadores nos atacan bien, con esas voces internas que nos provocan muchas dudas e inseguridades. Aquí será clave para mantenerse en pie, sacar el mejor antídoto para luchar contra esto que es la combinación de la PACIENCIA con la TOLERANCIA.
El buen uso de esta potente combinación nos hará ver que es un momento de espera, que debemos seguir haciendo lo que nos toca y nada más, porque del resto se encargará los tiempos de la vida o el universo, y cuando deba ser saldremos de allí, siempre y cuando mantengamos la actitud adecuada. Porque muchas cosas que nos toca atravesar en determinados momentos parecen una molestia pero luego con el paso del tiempo nos damos cuenta de la importancia que tenían en aquel momento.
La clave está en estar centrado en todo aquello que podemos controlar, sembrar PACIENCIA y utilizarla cuando la ansiedad quiera apoderarse de nosotros.
Recuerda que tus tiempos no son los del universo.