El grupo por delante de todo

Estos días he dedicado una parte de mi tiempo a mirar los partidos correspondientes a los cuartos de final del mundial de fútbol y me quedó grabada esta foto que he puesto en esta entrada. No tiene mucho de especial dirán pero a mi me transmitió el espíritu que hay en la selección de España, porque si se fijan bien, Iker Casillas está recibiendo la felicitación de uno de sus competidores en la portería que es Reina.

Tampoco parece nada extraordinario que le esté felicitando, en definitiva han clasificado a la semi final, pero lo curioso es que Reina antes de que el jugador paraguayo ejecutara el penalty que paró Casillas, le dijo a donde suele ejecutar esos lanzamientos, consejo que tomó completamente el portero, ya que el disparo fué a su derecha tal como le dijo su compañero. Esta acción del partido fué clave porque si hubiese marcado Paraguay, se hubría puesto por delante del marcador a menos de 15 minutos para el final.

Con todo esto que he comentado, me vino rápidamente a la cabeza el total compromiso que existe en ese grupo humano, porque primero están los intereses del equipo por encima de los individuales, el ejemplo que he contado resume el espíritu de estos excelentes futbolistas, porque el que es suplente ayuda al que es titular para beneficio de todos, sin ningún egoísmo, buscando la victoria del grupo, este es un valor altísimo que tiene la selección española, se les ve tanto fuera como dentro que los integrantes de esta plantilla lo único que priorizan, es el bien del conjunto.

Aparte de que juegan muy bien al fútbol, tienen arraigados unos valores tremendos, que los hacen muy fuertes tantos en los momentos malos como en los buenos, les mantienen vivos, les hacen disfrutar, les proveen ilusión, ganas, coraje, ambición, humildad, compromiso y solidaridad.

Cuantos valores tienen, por eso están donde están, en semifinales de un mundial, una competición que existe una presión tremenda, donde cada selección que queda eliminada parece un drama, una cuestión nacional,  porque se está demostrando que la separación del éxito al fracaso, está separada por una línea muy fina, entonces se evalúa el proyecto en función al resultado, es decir si la pelotita pega en palo y entran son unos dioses, si ocurre lo contrario los peores del mundo, un fiel reflejo de la sociedad exitista.

Podría contar muchos detalles que he visto, pero me quedo con otros dos muy breves, como el de ver al portero de Brasil llorar desconsoladamente en brazos de su madre al llegar al aeropuerto de ése país, me impactó porque estamos hablando de uno de los mejores porteros del mundo, un futbolista que gano todo con el Inter esta temporada. También el delantero ghanés Asamoah Gyan, un pedazo de futbolista que sus goles llevaron al equipo africano por primera vez en su historia a los cuartos de final, pero como falló un penalty clave y su equipo quedó fuera, ahora en su país es un villano. Con esto quiero demostrar que los deportistas son humanos, que sienten y quieren ganar por más que ganen mucho dinero.

Estas pequeñas historias y detalles que cuento también les ocurre a las personas en su vida diaria, en el trabajo, con la familia, amigos, proyectos, salud, todas las personas tienen su propio mundial, la idea es tener claro que valores queremos tener, que partido jugar, que es importante para nosotros, porque sino se tiene claro nada de esto, evidentemente dependeremos de que el balón pegue en el palo y entre ó salga, entonces nuestros estados de ánimos serán muy parecidos a la montaña rusa.

Para terminar, quiero felicitar a uno de los deportistas que más admiro, no es otro que Rafa Nadal, un ejemplo viviente de superación, humildad, sacrificio, compromiso, respeto y valentía, gracias a ti y todos los deportistas que con sus actos desprenden enormes enseñanzas para nuestras competiciones diarias.