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Archive for junio 2011

Poseer para vivir

El fin de semana pasado, mirando desde la ventana de casa a la piscina del edificio, observaba como muchos vecinos a la hora de apertura del recinto, aparecía de la nada para ocupar las sombrillas y los sitios de alrededor, pero para mí sorpresa dicha gente desapareció en segundos, para volver recién al cabo de una hora con su familia, no más de cuatro personas.

Me quedé pensando en la acción, porque mucha gente que luego se acercó a la piscina, ya no tenía sitio, ni sombrillas, pero no había nadie!, así que estos tuvieron que acomodarse como pudieron. Luego de un rato largo aparecieron de a poco los que reservaron su sitio, con lo cual rápidamente mi mente asoció este lamentable espectáculo con la obsesión que se tiene por el apego y el poseer.

Quienes nos dedicamos y tenemos un compromiso muy alto con el proceso de transformación de personas, mediante un proceso de exploración hacia su verdadera esencia, nos encontramos muy a menudo con el tema de la posesión, el ego y el apego, digamos que son los gladiadores que luchan contra el cambio.

En esta sociedad donde nos hemos educado, nos han programado para ser poseedores de cosas, no regalar nada de nada, que acumulemos todo lo posible por más que no las usemos nunca y si son gratuitas mejor, aunque se mueran con el tiempo en el trastero. Con lo cual la acción que comentaba al principio no me sorprende en nada después de asociarlo con esto, porque la generosidad es un valor ausente la mayor parte del tiempo y la posesión es una de las grandes banderas alzadas por estas épocas.

Cuando una persona necesita cambiar porque su SER se lo pide a gritos, pero necesita ayuda, un acompañamiento ó empuje para animarse a hacerlo, recurre a un profesional que se dedique a procesos de transformación y lo primero que nos encontramos es su resistencia al “desapego”, a “desposeer” y a “desaprender”, con lo cual será vital para lograr el objetivo, que la persona descubra su verdadera esencia y  sienta que puede vivir sólo con lo que necesita para alcanzar sus objetivos, con esto no digo que uno no se puede dar regalos y homenajes, claro que sí, pero hacerlas con ganas, con pasión y no simplemente tenerlas para demostrar, aparentar, poseer ó acumular.

El hecho que he contado es un calco de lo que vemos a diario, da igual el vecino, la educación, el prójimo, lo que le interesa a la mayoría es poseer, ganar territorio, y por más que no lo use no importa, así de ése modo se sigue tapando a nuestro SER con cosas superfluas.

El apego es un elemento clave para resistirse al cambio, a SER feliz, a vivir en plenitud, porque se está todo el tiempo en guardia para poseer y no despegarse de nada, por más que ya no sirva, pero se lo tiene igual. De esta manera soportamos trabajos que hace tiempo que debemos abandonar, relaciones sentimentales que ocurren lo mismo, estilos y hábitos de vida que no nos llevan a ninguna parte, cosas materiales y ropa que no se usan hace años, ponernos en la posición de víctima para llamar la atención, etc…….

Se gasta mucho tiempo, energía y dinero en cosas, cuya satisfacción es por un tiempo determinado pero luego de esto, aparece nuevamente ese vacío donde falta la ilusión y la pasión por todo lo que nos gusta. Por eso os recomiendo invertir tiempo en vosotros, en aprender a desaprender, a no poseer por poseer, a desapegarse de las cosas obsesivas, a profundizar en uno mismo para poder SER felices sin la necesidad de poseer para vivir.

 

El «excusómetro»

Cuenta una vieja historia, que una hermosa mujer con grandes talentos y don de gente, vivía en un bosque maravilloso, pero con el tiempo se fue alejando de él, debido a que quienes la rodeaban, le fueron llenándola de comentarios, creencias e historias, provocando finalmente que ella abandonara el bosque de los sueños y se fuera hacia una cueva misteriosa, para estar más protegida.

En los primeros tiempos, ella entraba y salía, pero con el pasar de las semanas se fue adentrando cada vez más, hasta quedarse definitivamente en una zona muy oscura y fría, limitando sus movimientos a un pequeño radio, porque al ver muy poco no tenía más opción, además solo le visitaban muy poquitos habitantes del bosque, es decir, los más cercanos a ella, los que le sellaron en su mente que allí estaría a salvo de todo y esa era la felicidad.

Con el tiempo ella se acostumbró a la oscuridad, a la rutina, a los límites, a no utilizar sus talentos, hasta que un día apareció una persona que desprendía muchísima luz, rápidamente ella quedó sorprendida al verle y a su vez despertó una llama de ilusión dentro suya.

El ser luminoso la interrogó durante un instante del por qué se hallaba en ese nefasto lugar, ella respondía con absurdas justificaciones y afirmaciones de auto convencimiento, que por supuesto no resonaban en su cara, porque esta era un auténtico reflejo de su alma, tristeza, frustración y resignación.

El hombre de luz, le indicó que se podía salir de la cueva, porque si miraba a su derecha, se veía a lo lejos un haz de luz, y ése era la salida hacia el lugar que amaba ella, el bosque lleno de vida. Pero ella comenzó a decir que “en la cueva ya estoy acostumbrada”, “empezar a caminar y explorar para salir tiene peligros”, “y si me caigo, me puedo lastimar, en cambio aquí estoy segura por más que haya oscuridad, estoy acostumbrada”, “además si salgo y no me quiere nadie”, “también aquí tengo todo controlado, y sé como moverme”…… así muchas frases parecidas a estas.

El hombre luminoso le preguntó si era feliz, ella con mucha tristeza en la cara le respondió que no, pero se había acostumbrado a esta vida. El le conectó con su esencia, con su SER, con sus sueños a lo que ella conectó instantáneamente, no había perdido ninguno de sus talentos, pero estos necesitaban salir de allí para funcionar y poder provocar felicidad.

El le dijo que la acompañaría hasta la salida, que tal vez el camino podía complicarse pero que al final saldría porque iban a caminar con tres antorchas que proporcionarían mucha luz, estas se llamaban ILUSION, PASION y PACIENCIA, con lo cual no había nada que temer, era cuestión de solo ponerse en marcha, porque tarde ó temprano llegarían, a pesar de las dificultades y circunstancias.

El final de la historia se lo dejo a vosotros, porque hay muchas opciones, pero han visto como ha funcionado “el EXCUSOMETRO”, algo que llamo a cuando las personas se ponen infinitas excusas para no avanzar, no cambiar, resignarse y morirse en vida. Esta palabra que me he inventado hace tiempo tiene mediciones muy altas en la personas que viven con unas creencias muy limitantes, que sienten y ven que la vida se les va, que están penando por ella, sin posibilidad a no dejar ninguna huella, pero el miedo es tal a SER felices, que prefieren quedarse en la cueva oscura, fría y triste, como le ocurría a la mujer de la historia, deseaba profundamente ir al bosque pero la resistencia era tal, que la hacía infeliz.

Cuantas veces en nuestra vida aparecen seres ó situaciones luminosas en que nos proponen dejar la cueva para ir al bosque, muchas!!!, pero se desperdician porque “el EXCUSOMETRO” se activa al máximo nivel, nos auto convencemos y entonces se sigue viviendo entre la desidia y la resignación.

Te pregunto, en una escala de 1 a 10, que nivel de medición tiene tu EXCUSOMETRO?.

Celebrar y cuidar, otras claves de Plenitud

La semana pasada luego de publicar el post, me di cuenta que se trataba de la entrada número 100, pero además el día de su publicación se registraron más de 500 entradas, con lo cual fue algo muy gratificante, ya que esto significa una constancia mía y una gran confianza por parte de vosotros los lectores, que leen los post semanalmente y con los comentarios, hacen que me esfuerce cada semana en aportar más valor a los escritos.

A raíz de lo que comento, se me vino a la mente el título del post de hoy, ya que observando a mi entorno, a mis clientes, otras personas y a veces yo mismo, pasamos nuestra vida en un auténtica carrera infinita de conseguir logros, objetivos, superación de retos, eliminar obstáculos y como todo va tan rápido, dejamos de lado muchas cosas importantes.

Cuando nos trazamos un camino en la vida ó superar retos, debemos pasar por varias etapas, estas exigen tiempo, dedicación, a veces sacrificios, tensiones, dudas y muchas emociones, pero a medida que las vamos superando, seguimos adelante pensando en lo que viene, pero ahí es donde veo un error que cometemos a menudo, no sabemos ni celebrar el logro y luego que nos cuesta cuidarlo.

Estas situaciones nos pasa en cualquier aspecto, como la carrera de la vida y el día a día va tan rápido, hace que nos olvidemos de los pequeños detalles que son estímulos para nuestra vida, son como hacer una travesía por el desierto, donde necesitas hidratarte y alimentarte porque sino te quedaras desfallecido en el océano de arena.

Los procesos de coaching son de mucha acción, de arrancar por objetivos pequeños hasta definir tu Visión y Misión de vida, por eso a los clientes cuando van logrando sus objetivos, les pregunto como lo van a celebrar y se me quedan mirando como diciendo “celebrar el qué, sino ha sido difícil!”,  y yo digo: error!. El hecho que hayas logrado algo, un pequeño cambio, arrancar una actividad, cambiar hábitos, ha requerido de toma de conciencia, de tiempo y dedicación, así que aunque sea celébralo con cualquier cosa pero “échate una palmadita en la espalda”, que viene bien.

Otro aspecto muy importante es cuidar lo conseguido, porque estoy de acuerdo en que no hay que estar estático y seguir progresando, pero también es necesario darle cariño y dedicación a lo obtenido, como por ejemplo, a un puesto que queríamos en un trabajo, a un lugar en el equipo de baloncesto, a una relación amorosa, a estas cosas hay que regarlas día a día, porque ya saben que para construir un castillo de arena hay que darle bastante tiempo de dedicación, pero es muy fácil y rápido destruirlo. Pues así muchas veces pasa con nuestros logros, que por centrarnos en las circunstancias, los nuevos retos y otras obligaciones, nos vamos olvidando de regarlo día a día y cuando nos damos cuenta, ya se ha secado y lo hemos perdido.

Con lo reflexionado en estos párrafos, soy de la idea de pensar en el hoy, tomando decisiones que nos irán marcando el futuro, también que debemos progresar e ir evolucionando y fundamentalmente celebrar y cuidar lo conseguido, porque la suma de todo esto, conformará nuestro estado de plenitud.

Gracias a todos vosotros que cada semana leen los artículos y aportan con los comentarios vuestra sabiduría de la vida y de la experiencia.

Para terminar les dejo una pregunta de reflexión: Cuánto tiempo dedicas a regar tus logros?

Las expectativas y el reconocimiento son dos…..

Haciendo un resumen de todo lo que he visto y escuchado la semana pasada, me he quedado con el tema de las EXPECTATIVAS Y el RECONOCIMIENTO. Es curioso pero estos dos elementos influyen demasiado en los estados de ánimos de las personas y también en las relaciones con los demás.

Cuando una persona comienza un proyecto, va a ver un espectáculo, realiza una acción en beneficio de otro, etc., espera y se ilusiona con ciertos resultados ó respuestas, los imagina tal vez muy por encima de las posibilidades reales, y al toparse con la realidad, muchas veces se convierte en una gran frustración. Esto se debe a que las EXPECTATIVAS que nos creamos es en base a como es uno mismo, con lo cual pretende que los demás actúen como actuaría él, pero cuando la realidad muestra otra cosa, hace que su expectativa se derrumbe totalmente y sienta una enorme frustración.

Lo que comento en el párrafo anterior pasa muy a menudo, por ejemplo Juan escucha pacientemente a su amigo Pedro quejarse día y noche, pero un día Juan acude a Pedro a contarle un problema, pero éste casi ni le escucha y termina contándole otro problema. Juan se sentirá decepcionado porque Pedro no lo ha ayudado, pero Pedro estará tranquilo porque ha hecho lo de siempre, esto es debido a que Juan siempre le da el papel protagónico. Con este breve ejemplo cotidiano, intento mostrar como se ven las cosas desde diferente lugar.

Es muy difícil que las personas actúen como quisiéramos que lo hagan, esto se debe a que cada uno es diferente, tenemos valores diferentes, entornos distintos, formaciones y esencia distintas, es decir, cada uno actuará en base a lo que es, por eso nuestros estados de ánimos se ven tocados cuando ciertas personas no se comportan como haría uno en ése lugar.

A todo esto le acompaña el RECONOCIMIENTO, algo que le cuesta mucho dar a las personas y aún más, aceptarlo con gusto al recibirlo!.

Vivimos en una sociedad que solo se dedica a marcar errores y fallos, a marcarlos apenas aparecen,  y cuando las cosas salen bien, muchos lo califican con un simple “cumple con su trabajo” ó “tiene mucha suerte”, algo que nos mina nuestra moral después de haberle dedicado tiempo, esfuerzo y compromiso, a una tarea ó persona.

También hay que añadir que cuando nos dan un elogio, la mayoría de las veces nos ponemos incómodos ó creemos que nos quieren pedir algo a cambio!.

Hay que aprender a dar y recibir RECONOCIMIENTO, pero no desde la tarea sino desde los talentos y esencia de la persona, no es lo mismo decir “los has hecho muy bien” a decir “gracias a tu creatividad y coraje hemos superado este gran reto”, que distinto suena lo segundo de lo primero!.

Cada día más, me doy cuenta que cuando nos dedicamos a SER uno mismo, haciendo las cosas desde nuestra autenticidad, con nuestros aciertos y errores, no pidiendo ni exigiendo nada a cambio a los demás, se vive más libre, casi sin peso, en un fluir constante y eso no significa hacer las cosas a medias tintas, porque cuando uno se emplea a fondo sabe que lo ha hecho dando lo mejor de si mismo.

Vivir pendiente de crearnos expectativas hacia los demás, hace que nuestros estamos de ánimos estén en un vaivén constante, porque no tenemos el control sobre los demás!!!.

Aprendamos a no estar tan pendientes de las expectativas y a regalar a quienes nos rodean, más reconocimientos desde lo que es la persona y no de lo que hace, ya verán que reconfortante es ver la cara del otro cuando uno entrega ese tan simple regalo.